-Dios, ¡Me siento mucho mejor! Debía estar muriéndome de hambre, llevaba todo el día deprimida.
-¿Por qué?
-Porque es lo que me pasa en los cumpleaños.
-Ah, ¿si?
-Que siempre me recuerdan la muerte y la jovialidad forzada. ¿Sabes dónde estaba hace un año?
-No, ¿dónde?
-Tuve que salir a cenar con una tía mía horrible. Fue una noche espantosa. Constantemente tenía que ir al lavabo a llorar. Me sentía muy mal aquel día. Era mi cumpleaños y la única que me había invitado a salir era mi tía. Y venga a decirme que no entendía cómo una chica guapa no tenía un hombre en su vida. No fue tan malo que me encontrase contigo...
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