-Creo que se está enamorando de ti.
-Vaya… yo… lo siento.
-No mientas porque ser hombre hoy en día significa no tener que decir “lo siento”. Me fastidia lo fácil que lo tenéis los tíos, vuestras mujeres van y vienen, cocinando y limpiando. Sólo os preocupa que tengamos el culo prieto y el vientre plano. Mientras tanto mujeres bondadosas, interesantes y compasivas de cierta edad están en casa solas leyendo a Jane Austen engullendo tarrinas de helado y engordando. Lo que hace menos probable que encuentren…
-¿Estamos hablando todavía sobre mí? Porque en este momento ya no lo sé.
-No, lo siento… yo tampoco.