Follar y si funcionáis en la cama, enamorarse. Ésa es la
filosofía de hoy en día. Pero, ¿por qué? Yo estoy enamorada de él* y ni si
quiera le conozco. Hemos hablado dos veces, la primera me pidió un cigarrillo y
la segunda hablamos de cosas tan insípidas que hasta me hace gracia, eso sí,
después de inventarme una excusa absurda para acercarme. El romanticismo ha
muerto. Ya no es el perfecto príncipe azul el que hace malabarismos para
conquistar a la damisela en apuros. Ahora la chica es la que se rompe el culo
para conseguir llamar mínimamente la atención de él. Creo que el problema está
en que ya no hay príncipes azules, y las damiselas aparte de que no podemos
considerarlas “damas” ya nunca están en apuros. ¿Qué nos queda? Como dice Julia
Roberts en Notting Hill “Sólo soy una chica delante de un chico pidiendo que la
quiera."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario